El camino de regreso a una vida sin dolor
En la Unidad del Dolor del Hospital de Cádiz tratan los dolores severos con técnicas punteras y sin necesidad de pasar por el quirófano
Es uno de los servicios del Puerta del Mar más desconocidos entre los ciudadanos y a la vez uno de los más demandados. Su objetivo es eliminar el dolor severo a las personas que lo sufren. Al fondo del pasillo de la segunda planta del Hospital de Cádiz hay un equipo de profesionales que con las técnicas y tratamientos más avanzados del mundo lo hacen posible. Es la Unidad del Dolor.
Al frente está su director, Luis Miguel Torres, que resumen el espíritu de lo que allí se hace a diario: «el tratamiento del dolor intenso desde un punto de vista multidisciplinar». En la unidad trabajan anestesistas, neurocirujanos y rehabilitadores (3 médicos, 3 enfermeras y 2 auxiliares). Cada uno tiene una ámbito de acción. Los dolores que atienden son aquéllos que ya el médico de atención primaria y el especialista han visto pero no han logrado controlar. Es solo entonces cuando se derivan a esta unidad. Los más frecuentes, explica Torres, son «el dolor de espalda por artrosis, dolor articular (rodilla, cadera y hombros), dolor por cáncer (pacientes que están muy avanzados y tienen dolor muy intenso) y dolores neuropáticos (cuando se dañan los nervios)».
El tratamiento del dolor severo se realiza con fármacos potentes como opioides pero sobre todo «haciendo técnicas intervencionistas sin anestesia general», lo que evita la entrada en quirófano y permite mejorar la calidad de vida con un simple ingreso ambulatorio.
Las técnicas más punteras
Los tratamientos y técnicas que se aplican a los pacientes son las más avanzadas a nivel internacional. Entre los más importantes y que registran excelentes resultados se sitúan las infiltraciones con factor plaquetario o células madres; técnicas de radiofrecuencia, que consisten en ponernos encima del nervio dañado y darle una temperatura para que disminuya la transmisión del dolor; tratamiento con ozono dentro del disco intervertebral o con disco gel para las ciáticas; y técnicas en los ganglios de la cabeza, para las jaquecas muy pronunciadas.
La descripción de las intervenciones que se realizan en esta unidad dan una idea del nivel de especialización, investigación y desarrollo técnológico que se emplea en la atención a cada paciente. Por ejemplo, «para los dolores neuropáticos tras una operación de espalda colocamos estimuladores nerviosos dentro del cuerpo (un cable dentro de la médula) que va unido a una pila eléctrica que produce una corriente y, a su vez, genera analgesia». Es decir, alivia del dolor.
Este es solo un ejemplo de las técnicas que se aplican en el Puerta del Mar «y en muy pocos otros sitios de España». Es más, del extranjero. «No hay ninguna técnica que se esté haciendo ahora mismo en cualquier país del mundo que nosotros no hagamos aquí», remarca Torres. De hecho, la Unidad del Dolor del Puerta del Mar es referencia en España «a nivel asistencial, docente e investigador» y las técnicas que se prestan a la población de Cádiz son «muy avanzadas, sin coste, y el paciente no podría conseguirlas mejores en ningún sitio ni de Andalucía ni de España».
Tratamientos costosos
Los tratamientos que se realizan aquí de forma gratuita tienen un coste económico importante. Por ejemplo, un tratamiento de PRP (infiltrar plasma rico en plaquetas) es de lo más estándar y su coste en la calle oscilaría entre los 300 y 400 euros cada sesión. Otros más complejos y caros disparan el coste a los 4.000 ó 5.000 euros por paciente. Esa es una de las caras amables -que pocas veces se visibiliza- de la poliédrica sanidad pública.
Reducir la lista de espera
El programa de 40 medidas políticas aprobadas por PP y C’s para la legislatura incluía un punto concreto referente a la mejora del tratamiento del dolor y los cuidados paliativos, por lo que desde esta Unidad médica esperan mayor inversión presupuestaria del nuevo Ejecutivo.
A pesar de ser una unidad de ‘élite’, no se libra de las listas de espera, que se sitúan «entre los 5 y 6 meses de media». La demanda «es altísima», por eso seleccionan a los pacientes que «se puedan beneficiar muy claramente del tratamiento». El perfil de usuarios es tan amplio (personas mayores, deportistas, etc) como la tipología de dolores pero la limitación de recursos solo permite atender a entre 30 y 40 al día. Para reducir la las listas de espera se ha ampliado la consulta al turno de tarde y está en proyecto abrir una Unidad del Dolor similar en el hospital San Carlos de San Fernando. El objetivo es rebajar la espera a 90 días y, sobre todo, desterrar el dolor de la vida de más gaditanos.
Una consulta donde empatía y profesionalidad confluyen
Ricardo Trinidad es médico anestesista en la Unidad del Dolor de Cádiz. Conoce de primera mano los dolores más frecuentes de los gaditanos que acuden derivados a esta consulta: «dolor lumbar y ciática». Son pacientes de edades diversas, «personas mayores, pacientes adultos con trabajos muy físicos o jóvenes que hacen deporte y vienen con hernias discales; también pacientes con dolores oncológicos». Cada día atiende a unos 20-25 pacientes y lo hace con una calidad profesional y trato humano exquisitos.
Infiltraciones en la columna, caderas, rodillas o en el cráneo forman parte de su rutina diaria y de la del resto del equipo. Aliviar el dolor sin pasar por el quirófano y reducir el suministro de fármacos son dos garantías colaterales del trabajo. Con ello los pacientes recuperan la calidad de vida y los Estado preservan su economía: «Los dolores es de los factores que más puede influir en el PIB de un país; cuando evitas que una persona se tenga que dar de baja en el trabajo porque solucionas su problema con una infiltración, esto tiene un impacto económico».
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